Padres, Madres e Hijos Separados

Dado el elevado número de separaciones entre parejas que se producen hoy en día, son muchos los niños afectados por esta situación.
Esta situación ha dejado de ser excepcional para pasar a ser bastante habitual.

Además del shock emocional para los padres que supone una ruptura sentimental, éstos cargan con el miedo de cómo toda esa situación repercutirá en sus hijos.


ORIENTACION PARA PADRES EN PROCESO DE SEPARACION
elaborado y presentado por KIDETZA Federación de Euskadi de Madres y Padres Separados (Xabier Moñux * Psicologo, Terapeuta de Familia, y Coordinador de los P.E.F. KIDETZA de Donostia) (Maribel Elustondo * Psicopedagoga y Terapeuta de Familia del P.E.F.)

Este proyecto ha sido elaborado con el objeto de diseñar un programa especifico para orientar a los padres en el proceso de separación y en las dificultades de relación entre padres e hijos.
 

Objetivo general:

Orientar a aquellas personas en proceso de separación a una ruptura no traumática, tanto para los padres como para los hijos.

Objetivos específicos:

1. Favorecer una buena adaptación a la situación que se produce en la separación.

2. Favorecer a cada padre en el ejercicio de la autoridad parental para con los hijos, y apoyo ante las dificultades de los padres frente a los hijos.

3. Apoyo en el restablecimiento de una comunicación y preocupación parental desde el respeto al espacio de cada uno.

4. Favorecer la capacidad de la familia para hacer frente de manera satisfactoria a las dificultades, fundamentalmente en aquellas fases que incluyen la educación de los hijos, explicando las posibles reacciones de los hijos ante la separación. 

5. Mejorar la calidad de las relaciones de los padres separados con su entorno y reforzar los sistemas de apoyo social. 

Método:

Objeto
La orientación se fundamentará a base de un programa que se desarrollará con padres que van a separarse, con aquellos que están en proceso de separación y con aquellos padres que si bien han finalizado la separación tienen dificultades para adaptarse a la nueva situación. 

Duración 

La orientación se basa en un programa que se desarrollará a lo largo de cuatro jornadas y con una duración de hora y media cada sesión. 
Metodología 

La orientación se desarrollará por medio de una dinámica grupal, la cual beneficia en que: los padres al formar parte de un grupo de sujetos con un problema común pueden entender las experiencias de otras personas. El grupo puede ayudar a los padres a reconocer sus conflictos, y a abordar cuestiones relativas a la comunicación. El grupo constituye además un lugar en el que los padres pueden compartir sus experiencias, sin sentirse juzgados ni criticados. El grupo les permite darse cuenta que no son los únicos que tienen dificultades, y les permite apoyarse mutuamente. Además en el grupo los padres tienen la oportunidad de descubrir sus aspectos positivos, sus habilidades y capacidades. 

Desarrollo de cada sesión

Describimos a continuación brevemente los elementos centrales de cada sesión: 

1ª SESIÓN. ANTES DE LA SEPARACIÓN

Intentar que no haya enfrentamientos delante de los hijos. 

No utilizar a los hijos en contra del otro progenitor. 

Limitar la intervención de familiares y amigos a lo estrictamente necesario 

Mantener lo básico del hogar(horarios, reparto de tareas..) 

Explicar objetivamente a los hijos el porqué de la separación. 

Evitar reproches, insultos y acusaciones innecesarias 

No buscar causas, sino afrontemos el futuro

2ª SESIÓN. DURANTE LA SEPARACIÓN

No abandonar de forma inesperada el hogar 

Más vale un mal pacto que un buen pleito. Es preferible llegar a un acuerdo amistoso antes que meterse en un contencioso jurídico. 

Si es posible despedirse amigablemente 

Evitar escenas melodramáticas el día de la despedida. 

Evitar quejas y lamentaciones sobre el miedo a afrontar la vida en soledad. 

No salir a la calle a buscar aventuras pasajeras para aplacar nuestra soledad o ira. 

Reacciones de los hijos ante la separacion conyugal

Las principales consecuencias psicológicas que la ruptura conyugal puede generar en los hijos son:

· Si la separación ocurre durante el embarazo o durante los primeros meses de vida, es probable que el niño se vea afectado por el estado de ánimo de la madre, y por lo tanto pueda nacer con poco peso o con retraso en el desarrollo cognoscitivo y emotivo.

· Entre uno y tres años en la época de la separación es probable que se vuelva muy tímido, se comporte como un niño más pequeño que su edad efectiva, requiera mucha más atención y tenga pesadillas nocturnas.

· De 3 a 6 años, el niño no entiende todavía qué es una separación, pero al notar que uno de los miembros de la pareja no duerme en casa, es probable que piense que es por su culpa, y reaccione de formas opuestas: o se vuelve muy obediente (pensando que si es bueno el padre volverá) o también mucho más agresivo o rebelde de lo que su carácter haría esperar. En esta edad, además algunos de los pequeños niegan la ruptura tanto a sí mismos como a los demás (mienten a los parientes o amigos diciendo que sus padres todavía duermen juntos de noche, y ellos siguen jugando con muñecas durante meses, simulando su propia familia y haciendo que sus padres duerman uno al lado del otro.

· Hasta los 6 años: un gran temor a ser abandonados, junto con una profunda sensación de pérdida y de tristeza. Pueden sufrir trastornos del sueño, de alimentación y adoptar conductas regresivas. 

· Desde los 6 a los 9 años: aparecen sentimientos de rechazo, las fantasías de reconciliación y los problemas de lealtad. Es posible que los niños experimenten rabia, tristeza y nostalgia por el padre que se ha ido. En los casos en que los cónyuges han tenido conflictos graves, algunos hijos pueden vivir una lucha entre sus afectos por los padres y por la madre. Otras veces, se les descuida en el aspecto material, obligándolos a que preparen la comida, vigilen a los hermanos menores y asuman responsabilidades demasiado pesadas para su edad.

· De los 9 a los 12 años: suelen manifestar sentimientos de verguenza por el comportamiento de sus padres, y cólera o rabia hacia aquel que tomó la decisión de separarse. Además aparecen los intentos de reconciliar a sus padres, el descontrol de los hábitos adquiridos y problemas somáticos (dolores de cabeza, estómago...) 

· De los 13 a los 18 años, la separación de los padres causará problemas éticos, y provocará, por lo tanto, fuertes conflictos entre la necesidad de amar al padre y a la madre y la desaprobación de su conducta. A veces, en los adolescentes, el divorcio provoca prolongadas rebeliones; suspensos en los estudios; episodios de delincuencia; relaciones sexuales precoces o huidas hacia la droga y alcohol. En esta etapa adolescente los adolescentes necesitan unos puntos de referencia estables, patrones morales, éticos conductuales y educacionales, con los que se puedan identificar o rebelar. 

Necesitan que se les ayude a determinar sus propias necesidades, que los padres dispongan de tiempo para escucharles y apoyarles en todas aquellas cuestiones que necesiten.

Además de todo lo anterior, los hijos adolescentes de padres separados se pueden sentir abrumados por el exceso de responsabilidades que recaen sobre ellos tras la ruptura y son proclives a la depresión y a la infravaloración. 

Generalmente 2 son las reacciones más comunes en esta etapa:

· Una madurez acelerada, es decir, el adolescente adopta el papel del progenitor ausente, aceptando sus responsabilidades. 

· Por el contrario podría adoptar una conducta antisocial: no acata ni acepta las normas, desobediencia, conductas de robo, consumo de alcohol, drogas... 

La separación no necesariamente debe causar estas reacciones, pero sí algunas de ellas. Por consiguiente la separación por sí misma no tiene que ser traumática, sino que el impacto emocional será mayor o menor en función de los siguientes factores:

· La intensidad de la dependencia emocional del niño con sus padres y las características y duración del conflicto entre el padre y la madre. 

· El grado en que los hijos sean el centro de los procesos emocionales familiares. 

· La seguridad y continuidad en la relación con ambos progenitores después de la separación 

· La estabilidad emocional de ambos progenitores después de la ruptura 

· El estadio evolutivo del menor 

· La ausencia o presencia de información ofrecida al menor sobre la separación y las condiciones en que se genera 

· La forma en que se de la separación 

Es importante subrayar que la diversidad de experiencias que viven los hijos después de la separación de los padres es, de cualquier modo, una señal positiva, porque prueba que el divorcio no es el único hecho que los perjudica y que, muchos de ellos, superan la crisis familiar saliendo de ella reforzados y más maduros que sus coetáneos pertenecientes a familias unidas.


3ª SESIÓN. DESPUÉS DE LA SEPARACIÓN

Divorcio no es sinónimo de guerra o de derrotar al otro, sino de intentar ambas personas reconducir su vida por separado. 

No cambiar radicalmente la vida habitual ni la de los hijos. 

Procurar verse lo menos posible, sobre todo al principio. 

En todo momento intentar llegar a un acuerdo sobre todo aquello que aún se tiene en común, sobre todo lo concerniente a los hijos. 

Hablar sin apasionamiento del progenitor no custodio. No recordar actitudes negativas del otro, ni culpabilizarlo de la situación. 

Comprender los trastornos emocionales de todos los integrantes de la familia. 

Llegar a acuerdos sobre visitas sin horarios rígidos y a ser posible escuchando al menor. 

Procurar no hacer un negocio económico cuando llega el momento de la separación de gananciales. 

Evitar comprar el amor de los hijos, acaparando su atención y cariño exclusivo cuando está con uno de los padres. 

Ser cautos ante los hijos con las muestras de afecto ante las nuevas amistades de los padres. 

Intentar no arrojarse en una nueva relación por puro despecho con el ex. 

Si alguno de los miembros tiene una nueva relación y la custodio de sus hijos, debe eludir forzarlos a renunciar a su padre/madre biológico. 

Es fundamental que los hijos tengan la seguridad de que sus padres siguen queriéndolo, por encima de sus desavenencias personales. 


Como ayudar al hijo a afrontar el problema del divorcio

Asegure repetidamente a sus hijos que ambos padres les quieren

Mantener constantes al máximo de los aspectos habituales de su hijo: domicilio, entorno, relaciones con el otro progenitor, colegio...)

Tranquilizar a el hijo asegurándole que será visitado por el padre que no tiene la custodia de él.

Si el padre no custodio deja de colaborar, encuentre sustitutos.

Hablar a los hijos de la realidad de la separación sin culpabilizar a nadie

Asegurar a los hijos que ellos no son responsables del divorcio

Explicar claramente que el divorcio es definitivo

Tratar de proteger las opiniones positivas que el hijo tenga de ambos padres

Facilitar la relación con el progenitor no custodio, siendo flexible en los horarios etc..

Tratar conjuntamente con el progenitor no custodio todo lo relacionado con la educación, salud del menor.


4ª SESIÓN. LOS NUEVOS MODELOS FAMILIARES 

Los padres que no viven con sus hijos

Los hijos no son un objeto. En vez de luchar por apropiartesos lucha por su libertad

Necesita estar con ellos para darles amor, pero ellos necesitan estar con el padre para quererte

No dormir pensando que tal vez los verás mañana. Le necesitan hoy.

Lo que le mueva a luchar por él que sea su amor hacia él, no el odio hacia quien le impide verlo.

El padre tiene la opción de que los hijos aprendan a respetarle o a no respetarle. Se trata de comportarse de forma que elijan lo acertado.

Los hijos le necesitan al padre.
No importe lo humillado, desprotegido que se encuentre,
nadie puede darle lo que el le da.
Para ellos es único e irremplazable.

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Wednesday, 21 May 2003